Hay muchas referencias e historias referidas al origen y primeros usos del jabón. Aquí voy a compartir algunos que me han parecido interesantes e intentaré resumirlos en dos o tres partes ya que las investigaciones son muchas y los enfoques diversos e incluso contradictorios.
Primero definimos un poco lo que es el jabón, su composición, su relación con las plantas y también alguna referencia histórica.
Los jabones son verdaderas sales formadas por la unión de un ácido graso con una base o álcali. En efecto, para la fabricación de estas sustancias se hace obrar un álcali (sosa, potasa, etc.) sobre uno o más cuerpos crasos, formados éstos de ácidos grasos (ácido esteárico, margárico, oleico, etc.) y de glicerina; el ácido se combina con la base para formar el jabón, y la glicerina queda descartada.
El jabón, o más bien las substancias empleadas en su fabricación, ha sido conocido en todos tiempos. La Biblia hace mención del saponium. Plinio habla igualmente del jabón en los siguientes términos : “es una invención de los galos para hacer los cabellos rubios. Se compone de cebo y cenizas de haya. Le hay de dos clases, sólido y líquido; los germanos emplean uno y otro, los hombres más que las mujeres.” Según Plinio, el jabón fue, pues inventado por los galos; pero esta aserción quedó destruida por el descubrimiento de una jabonería en las ruinas de Pompeya, y todo induce a creer que el jabón era empleado ya en esta época en más usos, que en la tintura de los cabellos.
Es igualmente de suponer, que los primeros hombres han debido servirse como jabón de diferentes materias terrosas, como la arcilla, o de plantas como el hisopo, y sobre todo la saponaria, que tiene, como los jabones verdaderos, la propiedad de limpiar. La arcilla es bien conocida en todo el mundo; se la encuentra en abundancia en el Indre, en el Aveyron y en otros muchos sitios, y aún hoy se emplea para el desengrasamiento de paños.
La saponaria (saponaria officinalis), es una planta muy común, y que pertenece a la familia de las cariofiláceas : crece en abundancia en los vallados y cerca de los arroyos. Las hojas, y sobre todo las raíces de esta planta, tienen la condición de que, hervidas en agua, comunican a ésta la propiedad de hacer espuma como el agua de jabón. Durante mucho tiempo la saponaria ha sido cultivada en gran escala, y la industria la empleaba en grandes cantidades para el lavado de las telas. A pesar de esto, hay que observar que esta planta no obra como el verdadero jabón. Su principio activo, la saponina, fue descubierta por ; es un sólido amorfo, incoloro, tóxico, soluble en el agua y en el alcohol, que comunica al agua la propiedad de hacer espuma; pero su composición química, que puede estar repredesntada por la fórmula: C64 H54 O36 , la diferencia completamente de los verdaderos jabones.
referencia : Tratado Práctico de Jabonería y Perfumería, A. Larbalétrier, editorial Maxtor (http://www.maxtor.es/libro/9788497615808/tratado-practico-de-jaboneria-y-perfumeria/ )
Otra referencia que también retoma la parte de las plantas y se enfoca en un antecedente histórico anterior al mencionado por Plinio. Existen también mitos y leyendas interesantes en relación al origen y descubrimiento del jabón, y distintas teorías en relación a su nombre y origen etimológico. Y cuáles fueron sus usos iniciales, pues la aplicación hacia el cuerpo como un elemento para la higiene personal fue muy posterior.
La necesidad de limpiar parece tan antigua como las civilizaciones. A lo largo de la Historia hemos empleado una variedad de materiales jabonosos para lavar nuestro cuerpo, nuestras cosas y nuestro entorno. Las primeras sustancias no eran jabones auténticos, sino materiales y productos químicos (actualmente conocidos como “saponinas”) extraídos de diversas fuentes vegetales.
Es probable que su uso inicial fuera accidental y que se descubriera mezclando un puñado de plantas que contenían saponinas con la “colada o lavada” en la orilla de un riachuelo. Y ciertamente quedó demostrado el poder limpiador de ciertas plantas al comprobar que cuando éstas se encontraban cerca no era necesario golpear tanto la ropa contra las piedras.
En las culturas primitivas, la raíz de la planta saponaria se sigue triturando con agua a fin de obtener una solución limpiadora espumosa y la ciencia moderna todavía no ha identificado un limpiador para las tapicerías antiguas más eficaz que la saponaria (aunque por supuesto, hoy en día es más fácil limpiarlas con un cepillo en lugar de golpearlas contra las rocas).
Cualquiera que sea el origen del jabón, los primeros usos documentados no estaban destinados a la higiene personal, sino a limpiar y tratar la piel y la lana. En unas tablas sumerias de arcilla datadas del año 2500 a.C. aproximadamente, se menciona el uso práctico del jabón. El jabón se elaboraba a base de sebo de cabra y de lejía obtenida de las cenizas de un árbol nativo y se utilizaba para limpiar la lana.
En el siglo I d.C. los romanos usaban para sus celebraciones muchos jabones que contenían tinte (esta moda la tomaron de los galos) y que aplicaban al cabello y a otras partes del cuerpo.
Según cuenta una leyenda (no fundamentada en ningún hecho demostrable), la palabra “jabón” procedía del Monte Sapo, un lugar donde los animales eran quemados en sacrificio a los dioses, práctica muy frecuente en la antigua Roma. El agua de la lluvia se mezclaba con las cenizas del altar produciendo una lejía que combinaba y reaccionaba con los residuos de grasa animal derretida por el calor del fuego, que al deslizarse colina abajo hacia el río Tiber formaba jabón. Los romanos descubrieron que sus ropas quedaban más limpias cuando lavaban en las aguas jabonosas cercanas a los altares. Esto representó todo un progreso respecto a la técnica lenta y pesada de golpear los tejidos contra las rocas.
Otra corriente del pensamiento argumenta que la elaboración del jabón tiene su origen celta (o de los bereberes del norte de África) y que las legiones romanas la importaron.
Puesto que todo lo que no fuera romano era considerado bárbaro, se extendió convenientemente una leyenda que defendía que fueron los romanos quienes inventaron el jabón.
Aunque hoy en día las contradictorias teorías acerca del descubrimiento del jabón todavía no se han esclarecido, por la época en que el Vesubio entró en erupción en el año 79 d.C., destruyendo Pompeya y Herculaneum, una de las industrias con más posibilidades de prosperar era una fábrica de jabón elaborado a base de ceniza. Quizá por ello es más acertado pensar que el poeta romano Plinio, considerado tradicionalmente el inventor del jabón hacia el año 77 d.C., fue uno de los testigos que sobrevivieron a la destrucción de Pompeya.
Al fin y al cabo, no importa a quién se atribuya la invención del jabón, el caso es que la palabra inglesa “soap” proviene de la palabra latina grasa o sebo.
Todo parece indicar que los romanos disfrutaron de las pompas de jabón en los baños públicos de la época a lo largo y a lo ancho de todo el imperio romano, desde la Ciudad eterna a Bretaña. Pero esto no es del todo cierto. De hecho, aunque los romanos hubieran utilizado jabón para lavar ropa y para diversos usos, no empleaban el jabón para lavarse a sí mismos. Para la higiene personal, se aplicaban aceite de oliva junto con arena fina sobre la piel, y los esclavos (sólo los “menos pobres”) se quitaban el aceite sucio con una especie de escobilla llamada “estrígilo”. Luego eliminaban los residuos sumergiéndose en los baños públicos.
referencia : Jabones Esenciales, Dr. Robert S. McDaniel, editorial Paidotribo (http://www.paidotribo.com/ficha.aspx?cod=DH0016)
En una segunda parte veremos cómo fue evolucionando a lo largo de la historia posterior al imperio romano el uso del jabón y sus distintas formas de fabricación hasta la actualidad.
Dicen que cada día se aprende algo nuevo y hoy pude conocer más a fondo este objeto que usamos a diario y que para mí no era importante el saber como o de donde provenia, gracias, por enseñarnos de algo tan familiar pero tan desconocido
gracias por compartir, me parece fascinante esta historia.
Muy interesante y desconocida recopilación histórica, sobre un elemento tan cotidiano hoy en día que muchas veces pasa desapercibido, pero imprescindible. Enhorabuena! Seguiremos al tanto de la segunda parte!!!
Este texto entra por los ojos, al igual que los productos de Carmen, que despiertan todos los sentidos…
¡Enhorabuena por esta página tan sugerente!
Que maravilla chicos. Esta historia es interesante, entretenida y encima bella. Lo pienso compartir.
Es una maravilla la página y los textos con las ilustraciones que le acompañan. Enhorabuena por el buen hacer y la labor artesana que lleva todo el proceso. Gracias por ilustranos.
Gracias…very interesting!